Genco ya tuvo suficiente mierda por un día. Fue a una entrevista de trabajo en el mismo lugar de hace un mes y la evaluación fue una basura nuevamente.
Llegó a casa, se siente solo aunque no lo esté, se da cuenta de lo deprimente que es la vida en general. Algo sucede en sus cuatro paredes, pero afuera la vida sigue. No se detiene por las penas de una persona.
Escucha algo de música para pasar la tarde, habla con sus amigos. Habló con la chica que le gusta, La Chica (con mayúsculas, para que sepan que ella es La Chica).
Ella sabe lo que Genco siente, pero no dice nada. Ahora se disparó el cañón (o sea "descubrió algo"): ella está en planes con alguien.
《Es mi vida》 piensa Genco, 《una cosa mala no llega sola, eso siempre lo dije. Una tras otra tras otra, ya fueron dos grandes, y solo hoy. De la entrevista de trabajo, no me llamarán, y La Chica es feliz por su lado》.
Ya, ya basta, ¿no? Es mucha cosa. Ya es mucha mierda para él. Pero el "universo" te ve mal y no te tiende una mano. Te da una patada más. Genco perdió una amiga, una gran persona, alguien a quien quería y en quien confiaba. Con esta amiga tiene una historia, que quedará en sus memorias, nada más.
Genco piensa, 《La tercera parte de las cosas, casi siempre son malas: que El Padrino tuvo 3 películas y todos hablan mal de la última》.
Genco esta cansado, fue un día largo, agotador, asqueroso. Se siente agotado y asqueado.
Ahora pasaron horas de todo esto, ahora esta en plena noche, madrugada. Todo el día pidió que el día acabara, y ya acabó, pero cada minuto fue tan doloroso.
Genco estará bien, necesita tiempo. Siempre se arregla todo de la misma forma. Dejar que el tiempo pase. En adelante, hará las cosas que le gustan más que antes.
sábado, 7 de octubre de 2017
Parte tres.
lunes, 2 de octubre de 2017
Opinión| Música mala
Dejo claro que no todo lo urbano lo considero malo. El ritmo es algo, la letra es todo.
No quiero esta música basura. No quiero conejito malo, no quiero trap y esas cosas. No espero que se entienda, la sociedad es una mierda, y si arrojo un salvavidas, se pierde entre toda la basura.
Ya sé, es lo que opino, mi opinión la vas a entender como “este idiota odia el reggaeton” o “los rocker odian los otros géneros”. No me considero rocker, de hecho, escucho de todo. Inicio el tono con salsa, voy por cumbia, balada, bolero, rock, pop y otros géneros más.
No solo muestro mi aversión a las letras, sino a la degradación de la mujer, insultar y poner a las féminas como objetos.
Y, ¿Qué pasa? Las chicas de ahora solo bailan. Y las que no bailan, a veces protestan, y las pocas que protestan, no son escuchadas.
La radio es otra cosa. La música basura pega, por eso se promociona siempre.
Las emisoras de buena música (70’s, 80’s y alguna cosita de los 90’s) son llamadas “música del recuerdo”. Un recuerdo de una buena generación, de temazos que son apreciables, y ahora, la música de la generación que nació con todas las comodidades, es un bodrio.
Son pocos los que aprecian la música en serio. La mayoría se pega de lleno a lo urbano.
Ya se habló de esto muchas veces, la gente no quiere esa música para sus hijos, no quieren que sus hijas bailen una canción tan humillante. Claro, tenemos a Los Chabelos y sus temas irreverentes, pero no recuerdo una radio en la que suenen a menudo. ¿por qué? Porque son groseros…¿Ven la doble moral?
Los otros idiotas son más o igual de groseros, pero son extranjeros (pero ese es un tema para otro artículo). Ya lo he mencionado, Perú es el país de la doble moral, juzgamos algo por aquí, y apoyamos lo mismo por allá.
Pituquito, no te invito a escuchar huayno, pero tu tono puede ser, o sea, rocker, ¿manyas? O puedes hacerlo diferente, cosa de, o sea, salsa ¿ya? Mientras no sea música degradante, lo que sea.
Lo peor es que la culpa no solo la tiene el cantante, sino los mierdas (estaciones de radio, canales de televisión, idiotas comprando entradas a conciertos y pagando por tenerlos en el teléfono) que le dan cabida.
Al final solo es mi opinión, tu ve lo que haces.
lunes, 4 de septiembre de 2017
Parte dos.
Genco lleva un tiempo sin ver a su padre. Desde que dejó de estudiar por un descuido, se ha dedicado a sí mismo. A lo que le gusta, a nuevas actividades. Mantiene su tiempo ocupado entre cosas y cosas, buscando trabajo y organizandose.
La última entrevista a la que asistió, fue pésima. El lugar era reducido, grupal, un ambiente inadecuado. El espacio para hacer el clásico dibujo de "la persona bajo la lluvia" fue una mesa con poco espacio, porque era mayormente ocupada por una computadora. Genco aún no se explica cómo ponen a un grupo de pseudo-profesionales a evaluar a tantas personas y cómo suponen que ese dibujo esté bien hecho y sea tomado en cuenta al momento de seleccionar.
Genco piensa: "No quiero trabajar aquí, estoy postulando solo por el dinero. Si respondo eso, no me darán el trabajo, que es lo que quiero, que en realidad no quiero...sino solo el dinero, que no ganare si no tengo el trabajo...vaya mierda".
Analiza su situación: sin un duro para comprarse algo, y sin la necesidad de comprarse algo...pero si con el pensamiento de que el dinero en algún momento faltará, y una nueva fuente de ingresos siempre es buena.
Genco desearía vivir de lo que le gusta, para lo que es bueno, no quiere un mediocre empleo de completo o medio tiempo en el que conocerá gente obligatoriamente y los terminará llamando "amigos". Él quiere salir, a la calle, al mundo, conocer casualmente a gente a la cual llamar "amigos" y vivir una experiencia mayor que "comer en horarios de trabajo a escondidas del supervisor".
En unos días verá nuevamente a su padre, y se siente algo nervioso por esa situación, no sabe qué pasará, de qué hablar con él, quien nunca pudo ganarse enteramente la confianza de su hijo.
Lo verá después de semanas, y ya puede imaginarse la escena: él nervioso y su padre inmutable, como si nada hubiera pasado.
Empieza a escuchar "La guitarra" de Los Auténticos Decadentes. Y recuerda el final de la secundaria, cuando suponía que la vida sería fácil, que nada cambiaría, o al menos que no cambiaría mucho. Qué patética es la adultez, trabajar años para engañarse y pensar que se vive, y después de décadas, cobrar una jubilación para tus años de no trabajo, en la recta final hacía la muerte. Al fin poder vivir a plenitud con setenta años a cuestas y la muerte tan próxima.
Lo verá después de semanas, y ya puede imaginarse la escena: él nervioso y su padre inmutable, como si nada hubiera pasado.
Empieza a escuchar "La guitarra" de Los Auténticos Decadentes. Y recuerda el final de la secundaria, cuando suponía que la vida sería fácil, que nada cambiaría, o al menos que no cambiaría mucho. Qué patética es la adultez, trabajar años para engañarse y pensar que se vive, y después de décadas, cobrar una jubilación para tus años de no trabajo, en la recta final hacía la muerte. Al fin poder vivir a plenitud con setenta años a cuestas y la muerte tan próxima.
Genco siempre piensa en los oficinistas. ¿De niño alguien pensaba en ser uno? Él escuchaba "bombero, médico, astronauta, profesor, policía". Y los oficinistas, ¿No tenían sueños? Que horrible infancia, y que horrible vida en general. Tener que conformarse con un trabajo que no se quiere para pagar deudas y para vivir "bien".
Llegó el día, Genco fue a verlo, y todo fue como lo pensó. Su padre estaba como si nada hubiera pasado, prometiendo pagar la deuda y no atrasarse nuevamente con los pagos. Nada fuera de lo normal; extraño hubiera sido que su padre lo apoyara, lo dejara escribir como a él le gusta, que lo deje vivir como él quiere. Pero bueno, de una misma historia, las siguientes partes no cambian mucho.
lunes, 21 de agosto de 2017
La función debe continuar.
Genco estaba a un día de perder el ciclo, a un día de acabar el plazo para pagar la universidad. Todo el tiempo estuvo hablando con su padre, quien se hizo responsable de los pagos, haciéndole acuerdo que la fecha final se acercaba, y recibiendo siempre la misma respuesta: "Ya pagaremos".
Llegado el día final, dado el ultimátum, y a pocas horas de cerrar los bancos, Genco recibió la noticia por parte de su padre:
Llegado el día final, dado el ultimátum, y a pocas horas de cerrar los bancos, Genco recibió la noticia por parte de su padre:
-¿Entonces qué?
-Pues no pude conseguir el dinero. Se supone que hoy iba a recibir unos pagos, pero no me han dado.
-Entonces no estudiaré, ¿Es eso?
-Pero no te molestes. No es mi culpa, yo contaba con ese dinero, pero no me han pagado lo que me deben.
-Ya está, ya fue.
-Pues no pude conseguir el dinero. Se supone que hoy iba a recibir unos pagos, pero no me han dado.
-Entonces no estudiaré, ¿Es eso?
-Pero no te molestes. No es mi culpa, yo contaba con ese dinero, pero no me han pagado lo que me deben.
-Ya está, ya fue.
Esta conversación se acabó, así de simple. Sin una interrupción externa, simplemente no había más que decir. Genco tomó camino de regreso a casa, dejando a su padre en el trabajo. Si alguien podría prestarle dinero, a lo mejor aún había tiempo, así que fue a casa, a consultar y pedir un préstamo, pero no era una suma tan accesible. La madre de Genco se lamentaba de no poder apoyarlo económicamente.
Ahora se sentía algo fatigado, harto. Asqueado del día, asqueado de la realidad y de su culpa, la cual recién estaba notando.
Ahora se sentía algo fatigado, harto. Asqueado del día, asqueado de la realidad y de su culpa, la cual recién estaba notando.
Él dejó que las evasivas de su padre se extendieran hasta el último día, él quería estudiar en una universidad que lo tenía calificado como "clase c", él quería volver a unirse al sistema que solo se interesa por su dinero, y que si no lo tiene, no le sirve. Si no lo tiene, es un peso muerto, ocupando un pupitre que un "saco de dinero" podría ocupar.
Genco quería volver a la universidad que exige asistencia, pero que no la premia; Genco tenía el récord por más de tres años seguidos, no faltó un solo día, pero nadie reconoce algo tan simple como las asistencias.
Genco quería volver al lugar que más de una vez le negó un descuento en su pensión, cuando la solicitó adecuada y cortésmente cada vez, contando con lo que la universidad pedía para otorgar un descuento. Sería razonable que a un clase C le dieran descuento (quién sabe si tienen dónde caerse muertos), pero ese no era su caso.
Genco quería volver a la universidad que exige asistencia, pero que no la premia; Genco tenía el récord por más de tres años seguidos, no faltó un solo día, pero nadie reconoce algo tan simple como las asistencias.
Genco quería volver al lugar que más de una vez le negó un descuento en su pensión, cuando la solicitó adecuada y cortésmente cada vez, contando con lo que la universidad pedía para otorgar un descuento. Sería razonable que a un clase C le dieran descuento (quién sabe si tienen dónde caerse muertos), pero ese no era su caso.
Entre fastidiado y cansado, decidió encender la televisión.
Y ya que solo estaban dando las clásicas banalidades de los sábados por la tarde, entró a Internet, buscó algo para ver y halló una película para televisión, que estaba protagonizada por Chespirito, encarnando a su personaje "El Chapulín Colorado".
La película hablaba de un anciano, que al saber que un estudio de cine sería demolido para construir un condominio, se siente nostálgico por los años que trabajó allí. Esta especie de película llevaba como título "La función debe continuar".
Y ya que solo estaban dando las clásicas banalidades de los sábados por la tarde, entró a Internet, buscó algo para ver y halló una película para televisión, que estaba protagonizada por Chespirito, encarnando a su personaje "El Chapulín Colorado".
La película hablaba de un anciano, que al saber que un estudio de cine sería demolido para construir un condominio, se siente nostálgico por los años que trabajó allí. Esta especie de película llevaba como título "La función debe continuar".
Entre irónico y triste, Genco se dispuso a limpiar la desordenada sala de su casa, pensando en cómo comunicar la noticia a sus compañeros y amigos, mientras veía de cuando en cuando la pantalla.