¡Qué país el nuestro! Por un lado, las actas contadas y procesadas están en la recta final. Por otro, toma mucha importancia los tweets de cada persona respecto a alguno de los dos candidatos.
Ni hablar de la prensa parcializada - enserio ni hablar porque te tildan de terruco- que corona a uno y sentencia a otro.
Los periodistas de opinión no faltan ni faltarán en una jornada como ésta que se ha extendido por cinco días (sin contar éste, el sexto), para hablar como muy convenientemente pueden hacerlo: desde una tribuna que muchos televisan y que ve un beneficio al adular a uno de los contendientes.
Muy aparte de los periodistas de opinión (en adelante, oportunistas) se encuentra esa prensa que se entiende como comprada. La maletera, la que manda mensajes con promoción evidente, la que apresuradamente saca conclusiones como lo haría un "reporterillo", como no me ofendería ser considerado a estas alturas, porque aunque procure seriedad, mi origen es la espontaneidad.
Pero teniendo una prensa comprada y parcializada, vengo yo, con tres lectores y tarde como siempre, para hablar.
Puedes irte y dejar de leer entendiendo esto: soy antifujimorista. Eso no significa que los proyectos y propuestas de Fuerza Popular sean malas y negativas, eso no significa que sean improvisados y nuevos en el tema de la candidatura, y menos, que sienta odio por la candidata, por el hecho de que sea mujer.
Obvia y lógicamente no vengo a persuadirte a votar por uno u otro, porque ese momento ya pasó, solo me expreso en un intento vago de equilibrar la balanza moral. Para mi es importante, porque la campaña de terruqueo, la campaña de odio al comunismo y de racismo e intolerancia se han mantenido aún cuando solo resta contar las últimas actas electorales.
«Muy inocente de mi, quizá, el pensar que el terruqueo y el racismo iban a terminar en este tramo final».
A veces olvido los privilegiado que soy, estoy a un paso de Lima, me movilizo en la metrópoli y todo es tan centralizado que muchas veces no veo las condiciones en otras regiones, como ha pasado en estos meses con otros chalacos y limeños. El voto de provincia fue menospreciado y en primera vuelta, puso primero a un candidato. No lo conocía de nada, no lo vi hacer campaña, quizá por tener decidido a una candidata (que también fue señalada como terrorista) y no considerar a nadie más.
Luego pensé un poco: "puede ser que su promoción haya sido mayormente por radio, puede ser que haya hecho campaña más fuertemente en provincia, puede ser que ese privilegio nos cegó y pensamos que si no apareces en Lima, no existes". Admito que el temor llegó a invadirme y que estuve dudando sobre a quién elegir, pero al final, mis convicciones siempre han sido más fuertes que la manipulación mediática que nos dan por intravenosa día tras día.
Voté al igual que la mayoría del país, por el candidato que significaba no admitir al Fujimorismo nuevamente en el poder, y el baile de anular actas y hacerse la víctima no se hizo esperar. La OEA se involucró y no hubo más que hacer. Si la elección termina inclinada hacia la candidata, tampoco hay algo por hacer. Sería la voluntad del pueblo que a regañadientes tuvo que elegir entre dos alternativas igual de inconcebibles.
Esta es una nota de opinión, como les gusta llamar a los oportunistas, sobre una opinión que si se menciona es negativa. Desde ya, estoy viviendo en una minoría, en una apreciación distinta a la que muchos contemporáneos tienen sobre su entorno: negro, chalaco, rojo, de centro-izquierda, y trato de opinar.
¡Soy un negro que se queja y eso es malo!
Mi familia sin convicciones y viéndome con desprecio y falsa compasión por opinar diferente, todos ellos electores de Keiko e informándose por dos oportunistas y sin aceptar otra opinión, solamente demuestran lo que puede hacer un periodismo mal intencionado y parcial: meterte el terror a más no poder.
Lo mismo que una mujer hablando de feminismo es una histérica, un negro quejándose de lo que sea es peligroso, algo que no debe permitirse. Eso cansa.
Seis días de elecciones, una ciudad intolerante, diferentes organismos cuestionados. Bienvenidos a Lima, otrora ciudad de los reyes, ahora ciudad de plástico, liderada por todo lo que tiene dinero y trafica influencias.
Supongo que por hoy es todo, gracias por leer, somos pocos pero somos, y creceremos, espero. Bienvenidos a la casa.
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