♦Alan Garcia se mató, robando el protagonismo de Jesús en semana santa, y robando la ilusión de todo un país de verlo preso. Hoy, domingo de resurrección, no ha dado la cara.
No tenía depresión, para quien lo pregunte. Se mató porque se veía acorralado, y en su soberbia, era mejor matarse que la humillación de ser detenido (cuando me dijeron que se había metido un tiro, lo vi increíble).
El hijo menor de Alan se inscribe en el Apra (el partido de su padre) en el mismo velatorio, dando morbo al pueblo, para variar. En sus palabras, «el Apra debe volver al poder a como dé lugar». Uy
♦PPK se puso mal, para variar, a puertas de su procesamiento. Es el síndrome del presidente investigado® (patente pendiente) que se da en este dorado país.
♦Miles piden a Keiko y Ollanta participar del #GarciaChallenge… no se necesita mucho, una pistola y una bala.
La ola de memes y demás no se hizo esperar, el mismo miércoles, desde temprano, se hablaba de una cortina de humo (para tapar el roche de Alianza Lima), luego de una estrategia para escapar. Hasta ahora, se sigue especulando.
♦El Apra y sus adeptos piden respeto por un suicida, que no se registre su casa y que se detengan las investigaciones en su nombre. Míralo como la casa de un narco, con su muerte, ¿cesan las investigaciones? Seamos coherentes.
Mucho se dice de la falta de respeto a la familia de Alan. Desde aquí, acompaño en su dolor a quienes perdieron familiares en Bagua en 2009 sin justificación, y de mano de un poder mal ejercido que quedó impune. Respeto a los inocentes, no a los culpables. Bienvenidos a la casa.
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