martes, 31 de agosto de 2021

Esa señito de los sábados

 Gisela no es un referente de televisión de calidad, apenas se puede decir entretenimiento, y eso sería muy complaciente. Sus programas tienen utilidad cuando la ponen al medio, cuando un titular la menciona y obviamente cuando puede generar dinero. Ya ha sido mencionada antes, cuando menospreció el trabajo de Susan Ochoa, la ganadora de dos gaviotas en el festival de Viña del mar.

En esa ocasión mencioné que Susan no debía entrar al programa de la bataclana en modo concursante, ella debía entrar como jurado o maestra de canto, nada menos.


Es fácil para cualquiera llegar a la cima, como la señito, con ayuda de terceros y no por mano propia.

Ofender y menospreciar el talento de quien llamará "artista" y "reina" al final de los concursos, para la vedette es algo normal. Decir que blancos y "cholos" son iguales, vuelve a mostrar su rostro clasista al no entender que el segundo no es una denominación de raza, sino un insulto.

Entiéndase algo, su programa está en el canal más visto, en el horario estelar de los sábados, eso le da una posición destacada en la farándula, en la cultura popular actual. No vale para nada querer usar una careta y decir que tiene una "tribuna chiquita". Su clasismo se nota, pero sigue en la televisión, ¿por qué? Piénselo.




Con su estúpida (por no decir desafortunada) frase: «No queremos un premier chacchando coca» podemos recordar que trató de avalar a Keiko, cuando un programa de noticias la entrevistó. ¿Qué cabida política tiene Gisela? ¿Por qué la entrevistaron en un noticiero? Siempre trata de limpiarse las manos por el vladivideo en el que aparece, pero salir en un noticiero poniendo las manos al fuego por la Fujimori, la pinta de cuerpo entero.

Si decides ver el programa de Gisela, ten en cuenta lo leído. No tiene talento, no es considerada ni amable. Hay déspotas en Internet y en las calles, mejor habla con ellos.

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